El deporte es cultura - La cultura del deporte

Por Natalia Freire

La Deporteca

The Show must go on



 
The Show must go on


 

La canción The Show Must Go On (El espectáculo debe continuar) de la banda de rock Queen, fue escrita por Brian May para Freddie Mercury. El vocalista de Queen sabía que le quedaba poco tiempo de vida y con esa canción quería preparar a sus fans para un final inminente. Su lanzamiento mundial se produjo en octubre de 1991, tan sólo seis semanas antes de la muerte de Freddie Mercury.
 
Fairytales of yesterday will grow but never die
 
¿Qué es lo que lleva a una joven de 21 años, triunfadora y hermosa, a caer por la ventana de un sexto piso justo cuando por el horizonte asoma la posibilidad de hacer realidad uno de los sueños por los que lleva luchando mucho tiempo?
 
Esta pregunta y muchas otras son las que nos hemos hecho los aficionados a la Rítmica desde el pasado 14 de junio tras conocer la noticia del intento de suicidio o accidente (aún no está muy claro) sufrido por Tsvetelina Stoyanova, gimnasta del Conjunto búlgaro.
 
La Rítmica implica gran dedicación y sacrificio. Para lograr éxitos es necesario coordinar muchos factores y llevar un control riguroso de los hábitos de las deportistas. En pleno siglo XXI se presupone que todos los equipos disponen de personal técnico entre los que se incluyen psicólogos que vigilan y cuidan que el estado mental y emocional de las gimnastas sea el adecuado tanto en los entrenamientos como en las competiciones en las que a menudo se producen situaciones de estrés.
 
Empty spaces. What are we living for
 
Más preguntas. ¿Nadie detectó la depresión de Tsvetelina? ¿Nadie sospechó que su inestabilidad emocional podría llevarla a cometer una locura o una imprudencia? ¿Stoyanova ocultó su estado para seguir compitiendo? ¿La obligaron a competir? ¿Son ciertas todas estas especulaciones? ¿Son precipitadas las conjeturas?
 

The Show must go on


 
En medio de todas estas incógnitas, un Campeonato de Europa por disputar. Las compañeras de Stoyanova fueron informadas de su baja al llegar al aeropuerto para viajar a Holon (Israel), la ciudad en la que se celebraba el europeo. Lyubomira Kazanova cubriría su “baja por enfermedad”.
 
Cuando llegaron a Israel les informaron de que su compañera se debatía entre la vida y la muerte. Entonces surgió la gran pregunta: ¿debían competir o debían marcharse a casa?
 
Algunos piensan que cuando ocurren desgracias hay que dejarlo todo y estar cerca de quien sufre. Otros, que por muy difícil que sea la situación hay que seguir viviendo, seguir peleando, seguir compitiendo para que el esfuerzo valga la pena.
 
Por poner un ejemplo alejado de la gimnasia, Darijo Srna, lateral derecho de la selección croata de fútbol, perdió a su padre mientras jugaba un partido frente a Turquía en la Eurocopa de Francia. Darijo Srna viajó a Croacia, fue al funeral de su padre, regresó a Francia y pidió jugar ante la República Checa. Mientras escuchaba el himno de su país al inicio del partido por su rostro corrieron algunas lágrimas. El siguiente partido era contra España, a la que acabaron ganando. Qué mejor homenaje para su padre que ganar a la vigente Campeona de Europa.
 
Desconozco si el conjunto búlgaro compitió en el europeo por coacción de las entrenadoras, por orden de la federación o por el deseo de brindar un homenaje a su compañera, pero el caso es que compitieron. Lo fácil hubiera sido marcharse. Aunque todo el mundo lo habría comprendido y hasta justificado. Pero decidieron quedarse y competir.
 
I guess I'm learning, I must be warmer now
 
Su primera actuación fue con el ejercicio Mixto en el Concurso General. Aparecieron en el tapiz serias, concentradas. Todos adivinamos en sus caras la tristeza y la preocupación por su compañera. Una semana antes pudimos verlas en la Copa del Mundo en Guadalajara, con Stoyanova en el equipo, también con gesto serio y concentrado pero muy distinto al que vimos en Holon.
 

The Show must go on


Vídeo youtube.com/EsterRG Bulgaria Ejercicio Mixto All Around

 
En la televisión aparecieron los créditos con los nombres de las gimnastas en los que figuraba el nombre Tsvetelina Stoyanova y también el de su sustituta, Kazanova. En cambio, no aparecía el nombre de Tsvetelina Naydenova que sí estaba compitiendo. Habían eliminado el nombre de la Tsvetelina equivocada.
 
En medio del aplauso del público se colocaron sobre el tapiz en esa original formación en cascada con la que inician el ejercicio.
 
Todos sabíamos que la situación era muy complicada aunque nadie pensó que podría complicarse aún más. Pero así fue. La organización confundió las siglas BUL por BLR y por los altavoces comenzó a sonar la música del Mixto de Bielorrusia en vez de la de Bulgaria. Aún así las gimnastas comenzaron su ejercicio hasta que, fruto de la desconcentración provocada por escuchar una música que no era la suya, dos mazas se fueron por el suelo. Tras un cruce de miradas entre las gimnastas y un gesto de la capitana, abandonaron el tapiz.
 
I have to find the will to carry on
 
Después de unos minutos de confusión, la organización dio con la música adecuada, pidió disculpas y el conjunto volvió al tapiz. Hicieron su ejercicio correctamente, centradas en cada elemento, atentas a cada lanzamiento, alertas a cualquier fallo. Todos los que las vimos actuar estábamos apretando los puños y los dientes, intentando deshacer nuestro nudo en la garganta y deseando que clavaran el ejercicio. La emoción contenida les impidió brillar como otras veces. Pero lo terminaron lo sin fallos. Lo habían logrado.
 

The Show must go on


 
Con el ejercicio de 5 Cintas, los créditos de televisión ya corregidos y la música correcta, completaron su participación el Concurso General. Su imagen en el Kiss&Cry abrazadas, deshechas, llorando por el dolor de una situación inesperada y desesperada, conmovió a todos los espectadores.
 
Dos días después volvimos a verlas en las finales por aparatos, más calmadas, menos serias y más esperanzadas. Las noticias desde Bulgaria decían que Stoyanova parecía resistir y que movía brazos y pies. Una luz brillaba en la oscuridad que las envolvía los últimos días.
 
Outside the dawn is breaking
 
The Show must go on En la Final de 5 Cintas terminaron en cuarta posición pero en la del Mixto lograron el Bronce. En el pódium por fin pudimos verlas sonreír. La capitana, Mihaela Maevska, con el brazo levantado, sostenía otra medalla en su mano. Era la de su compañera, Tsvetelina Stoyanova. Aunque estuviera en el hospital, recuperándose, su alma las había acompañado durante la competición. Ese Bronce también le pertenecía. La expresión en el rostro de la capitana y de sus compañeras expresaba orgullo por lo conseguido. Habían luchado por ese metal porque sabían que, aunque a cada instante sintieran que su corazón se estaba rompiendo y que su maquillaje se estaba decomponiendo de tanto llorar, debían seguir sonriendo. Porque, pase lo que pase, el espectáculo debe continuar.


 

 
The show must go on
 
Inside my heart is breaking
 
My make-up may be flaking
 
But my smile still stays on.
 

 


 

 

 

 

 

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