El deporte es cultura - La cultura del deporte

Por Natalia Freire

La Deporteca

Lágrimas en la lluvia



 
Lágrimas en la lluvia

 

Oscuros nubarrones amenazaban con transformar aquella lluvia fina en una tormenta torrencial.
 
-Hay días, incluso semanas, en los que es mejor no levantarse de la cama –pensó.
 
Los últimos días habían sido terribles. Los responsables del proyecto habían decidido tirar su trabajo de cinco meses por el retrete y con ello sus horas de esfuerzo e ilusión. Para colmo, no había visto un euro de todo ese trabajo.
 
Lloró. Mucho. Con un llanto incontenible como la lluvia que caía esa mañana. Después enjugó sus lágrimas repitiéndose a sí misma, como un mantra, la frase de Michael Corleone: No es personal, son sólo negocios.
 
En la habitación sólo quedaba el recuerdo del hombre que amaba y que se había alejado de ella por culpa de una joven becaria de ojos negros. Hasta su gato se había marchado porque encontraba más interesante la compañía de la gata de la vecina que la suya. Y, por fin, cuando tuvo un momento para salir a correr e intentar despejar su mente, llovía.
 
Definitivamente, no había sido una buena semana. Levantó la cabeza y miró al cielo. La lluvia empapó su rostro y se mezcló con sus lágrimas.
 
Comenzó a correr, sin pensar en la meta, sintiendo que sus piernas la llevaban lejos de aquello que la había herido, de todo lo que había terminado aquella semana. Pero no huía. Corría bajo el agua, sorteando charcos, superando obstáculos, con la certeza de que su carrera la llevaba a un nuevo destino del que sólo ella era dueña y que todos esos tristes momentos se perderían en el tiempo como sus lágrimas en la lluvia.
 


 

 

 

 

 

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