El deporte es cultura - La cultura del deporte

Por Natalia Freire

La Deporteca

Mañana voy así al cole



 
Mañana voy así al cole


 

-Cariño, dame la ropa que hay que lavarla.
 
-No. Mañana voy así al cole.
 
-Llevas con la equipación puesta desde el sábado por la mañana. Tenemos que darle un agua.
 
-No está manchada. Sólo le cayeron unas pocas lágrimas. Mañana voy así al cole.
 
-Pero, tesoro, ¿no crees que es mejor no llevarla? En clase estáis en minoría y, después de lo del viernes, se reirán de vosotros.
 
-El viernes les dije que les íbamos a ganar. Y yo siento que hemos ganado. Aunque hayamos perdido. Pueden reírse lo que quieran. Sus risas me hacen más fuerte. Sé quién soy. Sé lo que soy. Soy fuerte y valiente porque soy del Atleti. No les cambio sus once Copas de Europa por mis once jugadores. Ellos tienen trofeos. Yo tengo otra cosa.
 
-Y, ¿qué tienes?, cariño.
 
-Orgullo y amor por mi equipo, que es mi familia.
 
-Pero ellos también tienen orgullo. Están muy orgullosos de tener un equipo que gana tanto.
 
-Me da igual lo que ellos tengan. Me importa lo que tengo yo. Es como en la Rítmica. Fui novena en mi primera competición aunque lo hice perfecto. Quería ganar, pero no lo hice. Eso no significa que vaya a dejar de entrenar y esforzarme para llegar a ser la mejor en gimnasia. Compito contra mí misma. Con el Atleti, es lo mismo.
 
-Vale, tesoro. Me parece bien. Pero, al menos, quítatela para dormir.
 
-No. La necesito para seguir soñando. Mañana voy así al cole.
 
Al día siguiente, a la entrada del colegio, su hermano pequeño tropezó y se cayó. Al mirarle las rodillas vimos que las tenía lastimadas. Entonces, su hermana le dijo:
 
-Tienes un buen golpe, pero no lloramos porque...
 
-Somos del Atleti –contestó su hermano.
 
-Y eso significa que somos... -continuó su hermana.
 
-Fuertes y valientes. –afirmó el pequeño ahogando el llanto.
 
-Y más duros que... –siguió mi hija.
 
-Las piedras. – concluyó el pequeño.
 
Mis hijos han ido hoy así al cole. Con las rodillas magulladas, la cabeza bien alta y la camiseta del Atleti llena de lágrimas de orgullo. Han ido al cole, sí, pero tienen la lección bien aprendida.
 


 

 

 
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